miércoles, 31 de agosto de 2016

RENUNCIAMIENTO DE EVA PERÓN

A 65 AÑOS DEL RENUNCIAMIENTO DE EVITA EL 31 DE AGOSTO DE 1951:


Nueve días después del histórico "Cabildo abierto del justicialismo", donde se proclamo la formula "Perón-Eva Perón"; la líder de los "descamisados" por cadena nacional de radiodifusión, renuncio al honor que los trabajadores y el pueblo quiso conferirle .





Discurso de la señora que fue pasado por cadena nacional de radiodifusión:

"Compañeros, quiero comunicar al Pueblo Argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme en el histórico cabildo abierto del 22 de agosto. 

Ya en aquella misma tarde maravillosa, que nunca olvidarán ni mis ojos ni mi corazón, yo advertí que no debía cambiar mi puesto de lucha en el Movimiento Peronista por ningún otro puesto.

Desde aquel momento, después de aquel diálogo entre mi corazón y mi pueblo, he meditado mucho en la soledad de mi conciencia y reflexionando fríamente he tomado mi propia decisión en forma irrevocable y definitiva, presentada ya ante el Consejo Superior del Partido Peronista y en presencia de nuestro jefe supremo el general Perón.
Ahora quiero que el Pueblo Argentino conozca por mí misma las razones de mi renuncia indeclinable. En primer lugar y poniendo estas palabras bajo la invocación de mi dignidad de mujer argentina y peronista y de mi amor por la causa de Perón, de mi patria y de mi pueblo, declaro que esta determinación surge de lo más íntimo de mi conciencia y por ello es totalmente libre y tiene toda la fuerza de mi voluntad definitiva.
Yo, que he vivido varios años, los mejores de mi vida, junto al Gral. Perón, mi maestro y amigo, he aprendido de él a pensar y a sentir y a querer, teniendo como únicos ideales la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación. La felicidad del pueblo, se concreta en el bienestar de trabajadores y en la dignificación de los humildes y en la grandeza de la patria que Perón nos ha dado y que todos debemos defender como la más justa, la más libre y la más soberana de la tierra.
Yo invoco en este momento el recuerdo del 17 de octubre de 1945, porque en aquella fecha inolvidable me formulé yo misma y ante mi propia conciencia, un voto permanente y por eso me entregué entonces al servicio de los descamisados, que son los humildes y los trabajadores.
Tenía una deuda casi infinita que saldar con ellos, que habían reconquistado a Perón para la patria y para mí.
No tenía entonces, ni tengo en estos momentos, más que una sola ambición. Una sola y gran ambición personal: que de mí se diga cuando se escriba este capítulo maravilloso que la historia seguramente dedicará a Perón, que hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevarle al presidente las esperanzas del pueblo, que Perón convertía en hermosas realidades y que a esta mujer el pueblo la llamaba cariñosamente Evita. Nada más que eso.
Evita quería ser cuando me decidí a luchar codo a codo con los trabajadores y puse mi corazón al servicio de los pobres, llevando siempre como única bandera el nombre del general Perón a todas partes.
Si con ese esfuerzo mío, conquisté el corazón de los obreros y de los humildes de mi patria, eso ya es una recompensa extraordinaria que me obliga a seguir con mis trabajos y con mis luchas. Yo no quiero otra cosa que este cariño.
Aceptar otra cosa, sería romper la línea de conducta que le impuse a mi corazón y darle la razón a los que no creyeron en la sinceridad de mis palabras, que ya no podrán decir jamás que todo lo hice guiada por mezquinas y egoístas ambiciones personales. Yo sé que cada uno de los descamisados que me quiere de verdad, ha de querer también que nadie tenga el derecho a descreer de mis palabras y ahora, después de esto, nadie que no sea una malvado podrá dudar de la honradez, de la lealtad y de la sinceridad de mi conducta. Estoy segura que el Pueblo Argentino y el Movimiento Peronista que me lleva en su corazón, que me quiere y que me comprende, acepta mi decisión porque es irrevocable y nace de mi corazón. Por eso ella es inquebrantable, indeclinable y por eso me siento inmensamente feliz y a todos les dejo mi corazón.”




Atte: SOMOS PERONISMO




sábado, 27 de agosto de 2016

28 DE AGOSTO DE 1948 EVITA PROCLAMÁ LOS DERECHOS DE LA ANCIANIDAD

LA SEÑORA EVITA PROCLAMA EL DECÁLOGO DE LA ANCIANIDAD:


Este comprendía diferentes derechos como: Derechos a asistencia, vivienda, alimentación, cuidado de la salud moral y física, entre muchos otros.
A partir de esto la fundación Eva Perón, creo hogares de ancianos y obtuvo la sanción de una ley que otorgaba pensiones.



La misma Evita redacto:

Derecho a la Asistencia: Todo anciano tiene derecho a su protección integral por cuenta de su familia. En caso de desamparo, corresponde al Estado proveer dicha protección, ya sea en forma directa o por intermedio de los institutos o fundaciones creados, o que se crearen, con ese fin, sin perjuicio de subrogación del Estado o de dichos institutos para demandar a los familiares remisos y solventes los aportes correspondientes.
Derecho a la Vivienda: El derecho a un albergue higiénico con un mínimo de comodidades hogareñas es inherente a la condición humana.
Derecho a la Alimentación: La alimentación sana y adecuada a la edad y estado físico de cada uno debe ser contemplada en forma particular.
Derecho al Vestido: El vestido decoroso y apropiado al clima completa el derecho anterior.
Derecho al Cuidado de la Salud Física: El cuidado de la salud física de los ancianos ha de ser preocupación especialista y permanente.
Derecho al Cuidado de la Salud Moral: Debe asegurarse el libre ejercicio de las expansiones espirituales, concordes con la moral y el culto.
Derecho al Esparcimiento: Ha de reconocerse a la ancianidad el derecho de gozar mesuradamente de un mínimo de entretenimientos para que pueda sobrellevar con satisfacción sus horas de espera.
Derecho al Trabajo: Cuando su estado y condiciones lo permitan, la ocupación por medio de labor terapia productiva ha de ser facilitada. Se evitó así la disminución de la personalidad.
Derecho a la Expansión: Gozar de tranquilidad, libre de angustias y preocupaciones en los últimos años de existencia, es patrimonio del anciano.
Derecho al Respeto: La ancianidad tiene derecho al respeto y consideración de sus semejantes.

Atte: SOMOS PERONISMO

lunes, 22 de agosto de 2016

65 AÑOS DEL CABILDO ABIERTO EN LA AVENIDA 9 DE JULIO.

COMPAÑEROS HOY RECORDAMOS EL CABILDO ABIERTO DEL JUSTICIALISMO DEL 22 DE AGOSTO DE 1951:

Luego del llamado a elecciones para el 11 de noviembre de 1951, se sabia que Perón buscaría un segundo mandato, pero se desconocía quien seria el que ocupase el cargo a vicepresidente y lo acompañe en la formula.
La Confederación General del Trabajo el 2 de agosto, lanza la fórmula Perón- Eva Perón y anuncia un Cabildo Abierto a realizarse el día 22.


El 22 de agosto en la Avenida 9 de julio justo detrás del ministerio de obras publicas, se levanta un palco, mas de dos millones de personas con banderas argentinas gritaban a viva voz: ¡LA VIDA POR PERÓN!, y aclamaban la formula "PERÓN-EVA PERÓN".
En el palco se encontraba Peròn, su esposa Evita y autoridades nacionales y de la CGT.
Al pedir el pueblo la candidatura de ambos, la señora respondió:
Excelentísimo señor presidente; mis queridos descamisados de la Patria:

Es para mí una gran emoción encontrarme otra vez con los descamisados, como el 17 de octubre y como en todas las fechas en que el pueblo estuvo presente. Hoy, mi general, en este Cabildo del Justicialismo, el pueblo, que en 1810 se reunió para preguntar de qué se trataba, se reúne para decir que quiere que el general Perón siga dirigiendo los destinos de la Patria. Es el pueblo, son las mujeres, los niños, los ancianos, los trabajadores, que están presentes porque han tomado el porvenir en sus manos, y saben que la justicia y la libertad únicamente la encontrarán teniendo al general Perón al frente de la nave de la Nación.
Mi general: son vuestras gloriosas vanguardias descamisadas las que están presentes hoy, como lo estuvieron ayer y estarán siempre, dispuestas a dar la vida por Perón. Ellos saben bien que antes de la llegada del general Perón vivían en la esclavitud y por sobre todas las cosas, habían perdido las esperanzas en un futuro mejor. Saben que fue el general Perón quien los dignificó social, moral y espiritualmente. Saben también que la oligarquía, que los mediocres, que los vendepatria todavía no están derrotados, y que desde sus guaridas atentan contra el pueblo y contra la nacionalidad. Pero nuestra oligarquía, que siempre se vendió por cuatro monedas, no cuenta en esta época con que el pueblo está de pie, y que el pueblo argentino está formado por hombres y mujeres dignos capaces de morir y terminar de una vez por todas con los vendepatrias y con los entreguistas.
Ellos no perdonarán jamás que el general Perón haya levantado el nivel de los trabajadores, que haya creado el Justicialismo, que haya establecido que en nuestra Patria la única dignidad es la de los que trabajan. Ellos no perdonarán jamás al general Perón por haber levantado todo lo que desprecian: los trabajadores, que ellos olvidaron; los niños y los ancianos y las mujeres, que ellos relegaron a un segundo plano.
Ellos, que mantuvieron al país en una noche eterna, no perdonarán jamás al general Perón por haber levantado las tres banderas que debieron haber levantado ellos hace un siglo: la justicia social, la independencia económica y la soberanía de la Patria.
Pero hoy el pueblo es soberano no sólo cívicamente sino también moral y espiritualmente. Mi general: estamos dispuestos, los del pueblo, su vanguardia descamisada, a terminar de una buena vez con la intriga, con la calumnia, con la difamación y con los mercaderes que venden al pueblo y al país. El pueblo quiere a Perón no sólo por las conquistas materiales –este pueblo, mi general, jamás ha pensado en eso, sino que piensa en el país, en la grandeza material, espiritual y moral de la Patria-, porque este pueblo argentino tiene un corazón grande y piensa en los valores por sobre los valores materiales. Por ello, mi general, hoy esta aquí, cruzando caminos, acortando kilómetros con miles de sacrificios, para decirnos "presente", en este Cabildo del Justicialismo.
Es la Patria la que se ha dado cita al llamado de los compañeros de la Confederación General del Trabajo, para decirle al Líder que detrás de él hay un pueblo, y que siga, como hasta ahora, luchando contra la antipatria, contra los políticos venales y contra los imperialismos de izquierda y de derecha.
Yo, que siempre tuve en el general Perón a mi maestro y mi amigo –pues él siempre me dio el ejemplo de su lealtad acrisolada hacia los trabajadores-, en todos estos años de mi vida he dedicado las noches y los días a atender a los humildes de la Patria sin reparar en los días ni en las noches, ni en los sacrificios.
Mientras tanto ellos, los entreguistas, los mediocres, los cobardes, de noche tramaban la intriga y la infamia del día siguiente, yo, una humilde mujer, no pensaba sino en los dolores que tenía que mitigar y en la gente a que tenía que consolar en nombre vuestro, mi general, porque se el cariño entrañable que sentís por los descamisados y porque llevo en mi corazón una deuda de gratitud para con los descamisados que el 17 de octubre de 1945 me devolvieron la vida, la luz, el alma y el corazón al devolverme a Perón.
Yo no soy más que una mujer del pueblo argentino, una descamisada de la Patria, pero una descamisada de corazón, porque siempre he querido confundirme con los trabajadores, con los ancianos, con los niños, con los que sufren, trabajando codo a codo, corazón a corazón con ellos para lograr que lo quieran más a Perón y para ser un puente de paz entre el general Perón y los descamisados de la Patria.
Mi general: aquí en este magnífico espectáculo vuelve a darse el milagro de hace dos mil años. No fueron los sabios, ni los ricos, ni los poderosos los que creyeron; fueron los humildes. Ricos y poderosos han de tener el alma cerrada por la avaricia y el egoísmo; en cambio, los humildes, como viven y duermen al aire libre, tienen las ventanas del alma siempre expuestas a las cosas extraordinarias. Mi general: son los descamisados que os ven a vos con los ojos del alma y por eso os comprenden, os siguen; y por eso, no quieren más que a un hombre, no quieren a otro: Perón o nadie.
Yo aprovecho esta oportunidad para pedir a Dios que ilumine a los mediocres para que puedan ver a Perón y para que puedan comprenderlo, y para que las futuras generaciones no nos tengan que marcar con el dedo de la desesperación si llegaran a comprobar que hubo argentinos tan mal nacidos que a un hombre como el general Perón, que ha quemado su vida para lograr el camino de la grandeza y la felicidad de la Patria, lo combatieron aliándose con intereses foráneos.
No me interesó jamás la insidia ni la calumnia cuando ellos desataron sus lenguas contra una débil mujer argentina. Al contrario, me alegre íntimamente, porque yo, mi general, quise que mi pecho fuera escudo para que los ataques, en lugar de ir a vos, llegaran a mí. Pero nunca me dejé engañar. Los que me atacan a mí no es por mí, mi general, es por vos. Es que son tan traidores, tan cobardes que no quieren decir que no lo quieren a Perón. No es a Eva Perón a quien atacan: es a Perón.
A ellos les duele que Eva Perón se haya dedicado al pueblo argentino; a ellos les duele que Eva Perón, en lugar de dedicarse a fiestas oligárquicas, haya dedicado las horas, las noches y los días a mitigar dolores y restañar heridas.
Mi general: aquí está el pueblo y yo aprovecho esta oportunidad para agradecer a todos los humildes, a todos los trabajadores, a todas las mujeres, niños y hombres de la Patria, que en su corazón reconocido han levantado el nombre de una mujer, de una humilde mujer que los ama entrañablemente y que no le importa quemar su vida si con ello lleva un poco de felicidad a algún hogar de su Patria. Yo siempre haré lo que diga el pueblo, pero yo les digo a los compañeros trabajadores que así como hace cinco años dije que prefería ser Evita antes de ser la esposa del presidente, si ese Evita era dicho para calmar un dolor en algún hogar de mi Patria, hoy digo que prefiero ser Evita, porque siendo Evita sé que siempre me llevarán muy dentro de su corazón. ¡Qué gloria, qué honor, a qué más puede aspirar un ciudadano o una ciudadana que al amor del pueblo argentino!
Yo me siento extraordinariamente emocionada. Mi humilde persona no merece el cariño entrañable de todos los trabajadores de la Patria. Sobre mis débiles espaldas de mujer argentina ustedes cargan una enorme responsabilidad. Yo no sé cómo pagar el cariño y la confianza que el pueblo deposita en mí. Lo pago con amor, queriéndolo a Perón y queriéndolos a ustedes, que es como querer a la Patria misma.
Compañeros: Yo quiero que todos ustedes, los del interior, los del Gran Buenos Aires, los de la Capital, en fin, los de los cuatro puntos cardinales de la Patria, les digan a los descamisados que todo lo que soy, que todo lo que tengo, que todo lo que hago, que todo lo que haré, que todo lo que lo que pienso, que todo lo que poseo no me pertenece: es de Perón, porque él me lo dio todo, porque él, al descender hasta una humilde mujer de la Patria, la elevó hacia las alturas y la puso en el corazón del pueblo argentino.
Mi general: si alguna satisfacción podría haber tenido es la de haber interpretado vuestros sueños de patriota, vuestras inquietudes y la de haber trabajado humilde pero tenazmente para restañar las heridas de los humildes de la Patria, para cristalizar esperanzas y para mitigar dolores, de acuerdo con vuestros deseos y con vuestros mandatos.
Yo no he hecho nada, todo es Perón. Perón es la Patria, Perón es todo, y todos nosotros estamos a distancia sideral del Líder de la nacionalidad. Yo, mi general, con la plenipotencia espiritual que me dan los descamisados de la Patria, os proclamo, antes que el pueblo os vote el 11 noviembre, presidente de todos los argentinos. La Patria está salvada, porque está en manos del general Perón.
A ustedes, descamisados de mi Patria, y a todos los que me escuchan, los estrecho simbólicamente muy, pero muy fuerte, sobre mi corazón".

EVITA







Atte: SOMOS PERONISMO


viernes, 19 de agosto de 2016

HOY RECORDAMOS LA CREACIÓN DE LA UNIVERSIDAD OBRERA NACIONAL

19 DE AGOSTO DE 1948 CREACIÓN DE LA UNIVERSIDAD OBRERA NACIONAL:



Hoy un día como hoy el congreso mediante la ley 13.299 propuesta por el entonces presidente General Juan Domingo Perón, crea la Universidad Obrera Nacional. 
Podemos resumir esta idea educativa que tuvo el General Perón con una de sus frases: "No queremos universidades para formar charlatanes y generalizadores. No queremos escuelas para formar hombres que les digan a los demás cómo hay que hacer las cosas sino hombres que sepan hacer por sí las cosas (...) y para esto hay que tener manos de trabajador y vivir con olor a aceite de las máquinas"





Atte: SOMOS PERONISMO


miércoles, 17 de agosto de 2016

ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE SAN MARTÍN


PALABRAS EN EL ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE 

JOSÉ DE SAN MARTÍN





Juan Domingo Perón
[17 de Agosto de 1948]

Jóvenes argentinos:
Llegamos, una vez más, a esta histórica plaza para glorificar en el bronce al arquetipo de nuestra nacionalidad, al más grande de los argentinos, al Padre de la Patria, al General D. José de San Martín.
Me han pedido que yo haga una alocución, probablemente con la intención de que encienda vuestro corazón de patriótico reconocimiento al General San martín. Yo prefiero improvisaros una lección de historia, como las que he tenido por costumbre ofrecer durante muchos años a mis queridos alumnos de la Escuela Superior de Guerra.
La vida de San Martín, constituye la más gloriosa de las de todos los argentinos de nuestra historia. La vida de San Martín no es para ser solamente mentada: es para ser imitada, para que sirva de ejemplo a los argentinos y para que desde la muerte siga acaudillando a muchos millones de argentinos.
San Martín fue el hombre de una causa, de ahí su extraordinaria grandeza. A esa causa ofrendó su vida; a esa causa rindió su espada; para esa causa fue genio, y por esa causa fue proscripto.
Corría el tiempo de los años 1815-1816; en ellos parecía que la causa de la patria estaba perdida, como si el sol de la libertad hubiera sido eclipsado por la desgracia. El orden interno empezaba a entrar en la anarquía. Los caudillos comenzaban a asomarse. La capitanía general de Chile, en poder del enemigo, sólo obedecía a las órdenes de Marcó del Pont. El Alto Perú, dirigido desde Lima, estaba totalmente en poder de los realistas. Paraguay se había segregado del Virreynato. Uruguay, en manos de los patriotas, soportaba la amenaza de una invasión portuguesa. En Cádiz se preparaba la más grande expedición que habría arribado hasta entonces al río de la Plata. Solamente Buenos Aires era el refugio de la independencia de estas tierras; el resto de América, donde no gemían bajo el mando de la opresión, no creían ya en el milagro de nuestra libertad.
Como siempre ocurre en los tiempos difíciles, surgieron entonces en nuestra tierra grupos de hombres flojos y grupos de hombres fuertes.
Los hombres flojos mandaron a un embajador para que se entrevistase con Lord Strangford, embajador de S.M. Británica en río, a efectos de ofrecerle que tomase el gobierno y asumiese la protección de estas tierras.
Se dijo que la empresa de San Martín era una quimera inalcanzable. Se dijo más: que San Martín era un ambicioso y un ladrón.
La Historia –es verdad y es justicia o no es historia- ha debido reconocer el extraordinario valor de san Martín frente a la confabulación de los otros.
San Martín realizaba en Mendoza el trabajo que solamente realizan los grandes de corazón y los grandes de ingenio. Pero los hombres flojos intentaron deponerlo de su gobierno de Cuyo, para que no pudiese llevar a cabo la expedición proyectada. El pueblo de Cuyo, tantas veces glorioso, se levantó entonces e impuso por la fuerza a San Martín en el gobierno. Él, allí con los fuertes, con los hombres a quienes la Patria todo les debe, levantó un ejército; con esos pobres paisanos a los que hoy recordamos en el Soldado Desconocido de la Independencia; con ese pueblo que dio todo a la Patria; con ese pueblo jalonó los caminos de América con los signos de las cruces de sus sepulturas, mientras cuatro politicastros seguían difamando y calumniando al Gran Capitán de los Andes.
Mediante ese corazón bien templado se paró al enemigo en el Norte, se transpuso los Andes, se cubrieron de gloria en Chacabuco, glorificaron hasta el numen de esos hombres extraordinarios en Cancha rayada y Maipo. Después el Perú; después el ostracismo. Esa es la historia de ese hombre que al volver varios años más tarde al Río de la Plata, rehusó el gobierno diciendo que quería dar a los hombres que tanto mal habían hecho a la república, el ejemplo de demostrarles la diferencia que hay entre un hombre de bien un malvado, según textuales palabras.
El sólo fue el hombre de una causa: la causa de la Patria. No lo entristecieron ni la calumnia ni la intriga, porque el corazón granítico de los hombres templados en la lucha no cede ni ante la acción destructora del tiempo, ni ante la calumnia o la intriga de los hombres.
Por eso San Martín es dos veces grande: venció al enemigo y se venció a sí mismo con un renunciamiento que lo hizo más grande entre los grandes.
Jóvenes argentinos:
Esa es la lección que en los tiempos perdurará mientras haya un argentino de corazón bien templado.
El mundo está formado por hombres fuertes y por hombres flojos. Nuestra generación es la generación de una causa. Hemos de luchar por ella si somos fuertes o iremos a pedir la ayuda a terceros si somos flojos.
No debemos ir a buscar ejemplos ni imitaciones en ninguna parte, cuando tenemos en nuestra historia la página más pura que la humanidad ha producido hasta nuestros tiempos. No debemos buscar inspiraciones extrañas cuando el General San Martín, allá en los Andes, hace más de cien años, dejó escrita para todas las generaciones la gloria y la forma de alcanzarla.




Atte: SOMOS PERONISMO

lunes, 15 de agosto de 2016

FRASE DE LA SEÑORA EVITA


COMPAÑEROS COMPARTO ESTA FRASE DE EVA:




"Solamente los fanáticos -que son idealistas y son sectarios- no se entregan. Los fríos, los indiferentes, no deben servir al pueblo. No pueden servirlo aunque quieran.” 

Eva Perón

Atte: SOMOS PERONISMO

domingo, 14 de agosto de 2016

FRASE DEL GENERAL COMPAÑEROS

QUE TENGAN BUEN DOMINGO COMPAÑEROS FRASE DE PERÓN: 

Para conducir a un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista: el conductor siempre trabaja para los demás, jámas para él” 

Juan Domingo Perón

JUAN DOMINGO PERÓN Y SU CABALLO PINTO.




Atte: SOMOS PERONISMO


miércoles, 10 de agosto de 2016

COMPAÑEROS: COMPARTO ESTA FRASE DE EVA PERÓN.

FRASE DE EVITA:




Lo único que debemos hacer es adquirir plena conciencia del poder que poseemos y no olvidarnos de que nadie puede hacer nada sin el pueblo, que nadie puede hacer tampoco nada que no quiera el pueblo. ¡Sólo basta que los pueblos nos decidamos a ser dueños de nuestros propios destinos! Todo lo demás es cuestión de enfrentar al destino.” 


 Eva Perón



Atte: SOMOS PERONISMO







sábado, 6 de agosto de 2016

COMPAÑEROS: COMPARTIMOS ESTA FRASE DE PERÓN

FRASE DEL GENERAL PERÓN:


“Le prometían todo y no le daban nada. Entonces yo empleé un sistema distinto. No prometer nada y darles todo. En vez de la mentira, decirles la verdad. En vez del engaño, ser leal y sincero y cumplir con todo el mundo.
  
                                                      Juan Domingo Perón





Atte: SOMOS PERONISMO

lunes, 1 de agosto de 2016

FRASE DE EVA PERÓN DE SU LIBRO: "LA RAZÓN DE MI VIDA".

COMPAÑEROS, COMPARTO CON USTEDES UNA CITA DEL LIBRO DE EVITA: "LA RAZÓN DE MI VIDA":


"Cuando elegí ser Evita, sé que elegí el camino de mi pueblo. Ahora, a cuatro años de aquella elección, me resulta fácil demostrar que efectivamente fue así. Nadie sino el pueblo me llama Evita. Solamente aprendieron a llamarme así los descamisados. Los hombres de gobierno, los dirigentes políticos, los embajadores, los hombres de empresa, profesionales e intelectuales que me visitan suelen llamarme 'Señora'; y algunos incluso me dicen públicamente 'Excelentísima' o 'Dignísima Señora' y, aun a veces, 'Señora Presidenta'. Ellos no ven en mí más que a Eva Perón. Los descamisados, en cambio, no me conocen sino como Evita."


Atte: SOMOS PERONISMO