martes, 20 de junio de 2017

20 DE JUNIO DE 1973 PERÓN VUELVE A LA ARGENTINA

LA VUELTA DEL LÍDER POPULAR:


Después de 18 años de exilio el General Perón regresa a la Argentina, lo recibe en Ezeiza la mayor concentración popular de la historia, la Argentina esperaba el regreso del líder, el único que era capaz de rescatar al país del pozo en el que se encontraba, una vez que el General bajo del avion hablo al pueblo Argentino y dijo:
    "Pocos podrán imaginar la profunda emoción que embarga a mi alma ante la satisfacción de volver a ver de cerca a tantos compañeros de los viejos tiempos, como a tantos compañeros nuevos, de una juventud maravillosa que, tomando nuestras banderas, para bien de la Patria, están decididos a llevarlas al triunfo.También, como en los viejos tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora, que dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra. Vuelvo al país, después de dieciocho años de exilio, producto de un revanchismo que no ha hecho sino perjudicar gravemente a la Nación. No seamos nosotros colaboradores de tan fatídica inspiración.Nunca hemos sido tan fuertes. En consecuencia ha llegado la hora de emplear la inteligencia y la tolerancia, porque el que se siente fuerte suele estar propicio a prescindir de la prudencia.El pueblo puede perdonar porque en él es innata la grandeza. Los hombres no solemos estar siempre a su altura moral, pero hay circunstancias en que el buen sentido ha de imponerse. La vida es lucha y renunciar a ésta es renunciar a la vida'; pero, en momentos como los que nuestra Patria vive, esa lucha ha de realizarse dentro de una prudente realidad.Agotemos primero los módulos pacíficos, que para la violencia siempre hay tiempo. Desde que todos somos argentinos, tratemos de arreglar nuestros pleitos en familia porque si no serán los de afuera los beneficiarios. Que seamos nosotros, los peronistas, los que sepamos dar el mejor ejemplo de cordura.Hasta pronto y un gran abrazo para todos"

Atte: SOMOS PERONISMO 

sábado, 6 de mayo de 2017

7 DE MAYO NONAGÉSIMO OCTAVO ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE EVITA

EN MEMORIA DE LA COMPAÑERA EVITA:

El 7 de mayo de 1919 nació en el pueblo de Junín provincia de Buenos Aires Maria Eva Duarte, desde pequeña su sueño era llegar a Capital y ser actriz, así lo hizo, en 1944 conoció al entonces Coronel Juan Domingo Perón en un acto donde juntaban fondos para los damnificados por el terremoto en San Juan, allí se enamoran perdidamente y unos meses después se casan.
Al llegar Perón a la presidencia Evita toma un rol significativo, desde su papel de primera dama, se transforma en un puente entre Perón y el pueblo, al haber pasado una niñez muy pobre erige su propia fundación de ayuda social "Eva Perón", desde ella ayuda a los niños, a obreros, a ancianos, y a gente carenciada, su tarea fue ardua y dura, también impulsa la ley del voto femenino.
Su trabajo social la llevo a ser muy querida por el pueblo, a tal punto que es bautizada como: "Jefa espiritual de la nación".




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Si este pueblo me pidiese la vida, se la daría cantando, porque la felicidad de un solo descamisado vale más que toda mi vida”


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miércoles, 3 de mayo de 2017

JUAN PERÓN MENSAJE A GOBERNADORES EL 2 DE AGOSTO DE 1973

DESVIACIONES IDEOLÓGICAS:

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"La delincuencia juvenil, que ha florecido de una manera espectacular en el país, es uno de los índices más claros de lo que se hizo en la destrucción del hombre.
Los procedimientos administrativos, con todas las deformaciones que los señores gobernadores han de haber encontrado en cada una de las provincias, indican otro sector de la descomposición. 
Las desviaciones ideológicas y el florecimiento de la ultra-izquierda, que ya no se tolera ni en la ultra-izquierda. Yo he visitado los países detrás de la cortina, y ya la ultra-izquierda ha muerto. Esta ultra-izquierda aun para los países comunistas es un material de exportación, pero no de importación.
 Todo esto indica el proceso de descomposiciór del hombre, que es lo más grave que pueda haber ocurrido en el país. No hablemos de las demás cosas que sabemos bien, y que saben ustedes mejor que yo cómo han sido destruidas en todas partes. Porque la destrucción aquí ha comenzado por lo más grave que puede producirse: La destrucción del hombre; ha seguido por lo más grave que pueda haber después de eso, que es la destrucción del Estado. Es el Estado que se ha destruido; son sus instituciones las que han sido atacadas en sus basamentos. Por eso debe darse principio a la reconstrucción, porque en la reconstrucción hay que seguir probablemente el sistema inverso de la destrucción. La destrucción, en las instituciones como en 1os pueblos, comienza por la cabeza, como sucede con el pescado: éste empieza a pudrirse por la cabeza. Nosotros debemos buscar esos factores en cada uno de los estamentos que manejamos y que gobernamos, para ir reconstruyendo eso, y dedicar a la cultura y a la educación el más grande sector que podamos, porque es allí donde vamos a incidir sobre la reconstrucción del hombre, que es la más importante. La cultura y la educación deben tener en nuestro país un rasgo prominente en la acción que desempeñemos."
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sábado, 29 de abril de 2017

DISCURSO EVA PERÓN 1 DE MAYO DE 1952

PLAZA DE MAYO:


Mis queridos descamisados:

Otra vez estamos aquí reunidos los trabajadores y las mujeres del pueblo; otra vez estamos los descamisados en esta plaza histórica del 17 de octubre de 1945 para dar la respuesta al líder del pueblo, que esta mañana, al concluir su mensaje dijo: "Quienes quieran oír, que oigan, quienes quieran seguir, que sigan". Aquí está la respuesta mi general. Es el pueblo trabajador, es el pueblo humilde de la patria, que aquí y en todo el país está de pie y lo seguirá a Perón, el líder del pueblo, el líder de la humanidad, porque ha levantado la bandera de redención y de justicia de las masas trabajadoras; lo seguirá contra la opresión de los traidores de adentro y de afuera, que en la oscuridad de la noche quieren dejar el veneno de sus víboras en el alma y en el cuerpo de Perón, que es el alma y el cuerpo de la patria. Pero no lo conseguirán como no han conseguido jamás la envidia de los sapos acallar el canto de los ruiseñores, ni las víboras detener el vuelo de los cóndores. No lo conseguirán, porque aquí estamos los hombres y las mujeres del pueblo, mi general, para custodiar vuestros sueños y para vigilar vuestra vida, porque es la vida de la patria, porque es la vida de las futuras generaciones, que no nos perdonarían jamás que no hubiéramos cuidado a un hombre de los quilates del general Perón, que acunó los sueños de todos los argentinos, en especial del pueblo trabajador.
Yo le pido a Dios que no permita a esos insectos levantar la mano contra Perón, porque ¡guay de ese día! Ese día, mi general, yo saldré con el pueblo trabajador, yo saldré con las mujeres del pueblo, yo saldré con los descamisados de la patria, para no dejar en pie ningún ladrillo que no sea peronista. Porque nosotros no nos vamos a dejar aplastar jamás por la bota oligárquica y traidora de los vendepatrias que han explotado a la clase trabajadora, porque nosotros no nos vamos a dejar explotar jamás por los que, vendidos por cuatro monedas, sirven a sus amos de las metrópolis extranjeras; entregan al pueblo de su patria con la misma tranquilidad con que han vendido el país y sus conciencias; porque nosotros vamos a cuidar de Perón más que si fuera nuestra vida, porque nosotros cuidamos una causa que es la causa de la patria, es la causa del pueblo, es la causa de los ideales que hemos tenido en nuestros corazones durante tantos años. Hoy, gracias a Perón, estamos de pie virilmente. Los hombres se sienten más hombres, las mujeres nos sentimos más dignas, porque dentro de la debilidad de algunos y de la fortaleza de otros está el espíritu y el corazón de los argentinos para servir de escudo en defensa de la vida de Perón.
Yo, después de un largo tiempo que no tomo contacto con el pueblo como hoy, quiero decir estas cosas a mis descamisados, a los humildes que llevo tan dentro de mi corazón que en las horas felices, en las horas de dolor y en las horas inciertas siempre levanté la vista a ellos, porque ellos son puros y por ser puros ven con los ojos del alma y saben apreciar las cosas extraordinarias como el general Perón. Yo quiero hablar hoy, a pesar de que el general me pide que sea breve, porque quiero que mi pueblo sepa que estamos dispuestos a morir por Perón y que sepan los traidores que ya no vendremos aquí a decirle "presente" a Perón, como el 28 de septiembre, sino que iremos a hacer justicia por nuestras propias manos.
Hay mucho dolor que mitigar; hay que restañar muchas heridas, porque todavía hay muchos enfermos y muchos que sufren. Lo necesitamos, mi general, como el aire, como el sol, como la vida misma. Lo necesitamos por nuestros hijos y por el país en estos momentos inciertos de la humanidad en que los hombres se debaten entre dos imperialismos; el de derecha y el de izquierda, que nos llevan hacia la muerte y la destrucción. Y nosotros, un puñado de argentinos, luchamos junto con Perón por una humanidad feliz dentro de la justicia, dentro de la dignificación de ese pueblo, porque en eso reside la grandeza de Perón. No hay grandeza de la Patria a base del dolor del pueblo, sino a base de la felicidad del pueblo trabajador.
Compañeras, compañeros: Otra vez estoy en la lucha, otra vez estoy con ustedes, como ayer, como hoy y como mañana. Estoy con ustedes para ser un arco iris de amor entre el pueblo y Perón; estoy con ustedes para ser ese puente de amor y de felicidad que siempre he tratado de ser entre ustedes y el líder de los trabajadores.
Estoy otra vez con ustedes, como amiga y como hermana y he de trabajar noche y día por hacer felices a los descamisados, porque sé que cumplo así con la Patria y con Perón. He de estar noche y día trabajando por mitigar dolores y restañar heridas, porque sé que cumplo con esta legión de argentinos que está labrando una página brillante en la historia de la Patria. Y así como este 1º de mayo glorioso, mi general, quisiéramos venir muchos y muchos años y, dentro de muchos siglos, que vengan las futuras generaciones para decirle en el bronce de su vida o en la vida de su bronce, que estamos presentes, mi general, con usted.
Antes de terminar, compañeros, quiero darles un mensaje: que estén alertas. El enemigo acecha. No perdona jamás que un argentino, que un hombre de bien, el general Perón, esté trabajando por el bienestar de su pueblo y por la grandeza de la Patria. Los vendepatrias de dentro, que se venden por cuatro monedas, están también en acecho para dar el golpe en cualquier momento. Pero nosotros somos el pueblo y yo sé que estando el pueblo alerta somos invencibles porque somos la patria misma.

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viernes, 28 de abril de 2017

EVA PERÓN: HISTORIA DEL PERONISMO


SU PUEBLO Y CONDUCTOR:

Por Eva Perón:La imagen puede contener: 1 persona, exterior


"Creo que coincido con ustedes en mi apreciación sobre el pueblo y Perón: el pueblo sin un conductor, no va lejos, y el conductor sin el pueblo, tampoco.
Como en este momento los argentinos tienen un conductor maravilloso, y el conductor tiene un pueblo maravilloso, al que acaba de decirle que no tiene problema políticos, pensamos que el General tendrá que sacrificar su vida y quemar su gloria inmarcesible, que no ha de quemar porque el tiempo hace justicia.
La historia dirá que el pueblo argentino lo exige, porque necesita al general Perón para el bien de la Patria y de la Nación."


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martes, 11 de abril de 2017

DISCURSO DE PERÓN EN COMIDA DE CAMARADERÍA DE LA POLICÍA FEDERAL

EL SERVICIO POLICIAL:

Según Juan Domingo Perón:




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"Yo considero que el servicio policial de la Nación tiene dos aspectos absolutamente fundamentales: su servicio técnico y su servicio humano. El servicio técnico está representado por la capacidad, por la organización y por la dotación, y el servicio humano está representado por las virtudes que adoran al personal que lo ejecuta y por la corrección del procedimiento en esa ejecución"

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sábado, 8 de abril de 2017

CAPITULO "MI MENSAJE" POR EVA PERÓN

EL ODIO Y EL AMOR:

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En estos años de mi lucha he aprendido cómo juegan su papel en el gobierno de los pueblos las fuerzas políticas nacionales e internacionales, las fuerzas económicas y espirituales de la tierra y cómo se disfrazan las ambiciones de los hombres.Yo he visto a Perón enfrentándolos de pie, sereno e imperturbable, mirando siempre más allá de su vida y de su tiempo, con los ojos puestos exclusivamente en la felicidad de su pueblo y en la grandeza de su Patria.Nada ni nadie pudo ni podrá apartarlo de su camino.Yo recuerdo cómo, en los primeros tiempos de su lucha, debió enfrentar la calumnia que intentaba separarlo de sus descamisados diciendo que él era un peligro para el pueblo porque era militar.Algunos años después, como la calumnia no prosperó, sus enemigos trataron de enfrentarlo con las fuerzas armadas, diciendo que Perón intentaba crear una fuerza en los trabajadores para sustituir el influjo militar en el Gobierno de la República.Sobre todas estas cosas quiero decir la verdad.¡Mi auténtica verdad!Y espero que alguna vez se imponga sobre tanta mentira o, por lo menos, -aunque no crean-, sirva para algo a los pueblos del mundo en sus luchas por la justicia y por la libertad.Yo declaro que pertenezco ineludiblemente y para siempre a la -ignominiosa raza de los pueblos.De mí no se dirá jamás que traicioné a mi pueblo, mareada por las alturas del poder y de la gloria.Eso lo saben todos los pobres y todos los ricos de mi tierra.Por eso me quieren los descamisados y los otros me odian y me calumnian.Nadie niega en mi Patria que para bien o para mal, yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle.Por eso también, porque sigo pensando y sintiendo como pueblo, yo no he podido vencer todavía nuestro resentimiento con la oligarquía que nos explotó.¡Ni quiero vencerlo!Lo digo todos los días con mi vieja indignación descamisada, dura y torpe, pero sincera como la luz que no sabe cuando alumbra y cuando quema o como el viento que no distingue entre borrar las nubes del cielo y sembrar la desolación en su camino.Yo no entiendo los términos medios ni las cosas equilibradas.Yo sólo reconozco dos palabras como hijas predilectas de mi corazón: el odio y el amor.Nunca sé cuándo odio ni cuándo estoy amando.Y en este encuentro confuso del odio y del amor frente a la oligarquía de mi tierra -y frente a todas las oligarquías del mundo-, yo no he podido tampoco encontrar todavía el equilibrio que me reconcilie del todo con las fuerzas que sirvieron antaño entre nosotros a la raza maldita de los explotadores.

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sábado, 1 de abril de 2017

DOCTRINA PERONISTA: PRINCIPIOS FUNDAMENTALES, POSTULADOS

1º: EL TRIUNFO DE LOS IDEALES DE LA REVOLUCIÓN -SER DE LA PATRIA- EN FUNCIÓN DEL RESPETO A LOS DERECHOS INDIVIDUALES Y A LA CONSTITUCIÓN NACIONAL:






Atte: SOMOS PERONISMO

martes, 28 de marzo de 2017

EL PERONISMO ES UN MOVIMIENTO PROFUNDAMENTE CRISTIANO:

FRASE DE PERÓN 29 DE OCTUBRE DE 1950:



"Nosotros no solamente hemos visto en Cristo a Dios, sino que también hemos admirado en Él a un hombre. Amamos a Cristo no sólo porque es Dios, lo amamos porque dejó sobre el mundo algo que será eterno: el amor entre los hombres". 

JUAN DOMINGO PERÓN


























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miércoles, 15 de marzo de 2017

93 NATALICIO DE JOSÉ IGNACIO RUCCI

15 DE MARZO DE 1924 NACE JOSÉ IGNACIO RUCCI:

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José Ignacio Rucci fue el sindicalista mas leal a Perón y al movimiento nacional justicilialista, fue asesinado por la izquierda apátrida infiltrada en el movimiento.
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Ultimo mensaje de Rucci el 25 de septiembre de 1973:


“Ahora el fragor de las luchas ha pasado a convertirse en historia. La realidad de nuestros días es la unión, el trabajo y la paz. Por primera vez en 18 largos y sacrificados años se ha expresado sin limitación alguna, con absoluta soberanía, la voluntad popular. Ninguna sombra del pasado podrá interponerse ahora para que los argentinos marchemos unidos y solidarios, hasta la construcción de la Argentina potencia. Los trabajadores han contribuido al proceso de liberación y a la modificación de las estructuras caducas y la destrucción se ha operado no sólo en los aspectos materiales de lo que fuera una nación próspera y libre, sino en la conversión en una colonia empobrecida, dependiente, opresora e injusta. 


”Hubo un proceso distorsionador en el ámbito espiritual y cultural, cuyas consecuencias no han podido ser erradicadas del todo y aún las se­guimos viviendo y soportando. Significa esto que a la recuperación plena del poder adquisitivo de los salarios, a la valorización del trabajo a la creación de nuevas riquezas, es necesario agregar la pacificación de los espíritus, requisito indispensable para encarar un proceso de recons­trucción y la reconquista de los valores nacionales, cuya vigencia absoluta asegurará la elección de los mejores caminos para arribar al objetivo común. 


”Sólo por ignorancia o mala fe se pueden exigir soluciones inmediatas para problemas que fueron profundizados durante tantos, años; no se puede apelar a la violencia rayana en lo criminal, en un clima de amplias libertades e igualdad de posibilidades; no se puede seguir abrigando ambiciones y privilegios, creando condiciones injustas, burlando las leyes, impidiendo o saboteando la consolidación de un proceso que ha sido aprobado por la mayoría del país. 
”En este aspecto, las delincuentes comunes que se resisten a amalga­marse en una sociedad productora, son parangonables con los delincuentes políticos y económicos, empeñados en defender un estado de cosas que no puede seguir ya en vigencia. 



”También en este aspecto resulta tan perniciosa para la Nación la subsistencia de pretensiones liberales injustas, como la acción dé los grupos de ultraizquierda o derecha, que en los países hermanos contribuyen entre sí para abortar las posibilidades de una política popular. Nadie podrá negar que ahora las leyes se apoyan indiscutiblemente en el consenso mayoritario y, por tanto, no existe argumento alguna que justifique su incumplimiento. Sólo el acatamiento estricto de la ley nos hará realmente libres, pero el acatamiento deberá ser parejo, como parejas habrán de ser las sanciones, a quienes pretenden seguir imponiendo sus convivencias sectoriales por encima de las necesidades auténticas de la comunidad. 

José Ignacio Rucci 


”Las leyes emanadas del gobierno del pueblo, elaboradas por los representantes del pueblo, habrán de regir la convivencia argentina, asegurar los derechos de todos para frenar a cualquier acción ilícita y por lo tanto antinacional y antipopular. Sólo de esa manera se garantizará la paz y la unidad de los argentinos, y se cimentan las bases sobre las cuales las nuevas generaciones, nuestra maravillosa juventud, irá produciendo el indispensable trasvasamiento que la acercará al futuro y el logro de sus mejores destinos. 
”Esa juventud comprende que la etapa de la lucha ha sido superada, y hoy el campo de batalla se centra en la reconstrucción hacia la liberación de la patria y la realización integral del pueblo. Este es el pensamiento de la clase trabajadora organizada. 


”Debemos lograr el robustecimiento de la unidad latinoamericana y del Tercer Mundo, contra toda forma de imperialismos, la subordinación a las centrales continentales o internacionales, quienes sirven a la política imperialista de cualquier signo. 


”La reconstrucción de la Patria es una tarea común para todos los argentinos, sin sectarismos ni exclusiones. La liberación será el destino común que habremos sabido conquistar, con patriotismo, sin egoísmos, abiertos mentalmente a una sociedad nueva, para una vida más justa, para un mundo mejor”. 
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Atte: SOMOS PERONISMO

sábado, 11 de marzo de 2017

11 DE MARZO DE 1949 SANCIÓN DE LA NUEVA CONSTITUCIÓN

LA NUEVA CONSTITUCIÓN ARGENTINA:



El 11 de marzo de 1949 se sanciono la nueva constitución Argentina, ideada por Juan Domingo Perón incorporaba la idea de una patria: Socialmente justa,económicamente libre y políticamente soberana, Ademas en sus textos se sumaban derechos de los trabajadores, derechos sociales,derechos de la familia, derechos de la ancianidad, derechos a la educación y cultura, protección al arte, derecho a la escuela primaria obligatoria, autonomía universitaria, elección directa de representantes y igualdad para ambos sexos.
Luego del golpe de 1955 la constitución fue derogada por el gobierno de facto.



Atte: SOMOS PERONISMO

martes, 7 de marzo de 2017

NACIMIENTO DEL DOCTOR RAMÓN CARRILLO

NEUROCIRUJANO, NEUROBIÓLOGO SANITARISTA Y PERONISTA:

Nacido en Santiago Del Estero el 7 de marzo de 1906, fue un importante medico Argentino, logro técnicas de diagnostico neurológico,  geniales resultados investigando herniaciones, descubrió la enfermedad de carrillo o papilitis.
Se sumo al Partido Peronista y se convirtió en el primer ministro de salud de lahistoria, estando el se llevo a cabo programas sanitarios como nunca se vio en la argentina, se crearon campañas de vacunación, se implemento la libreta sanitaria obligatoria para poder ingresar a la escuela, se lucho contra la fiebre amarilla, y enfermedades venéreas, se erradico el paludismo, se crearon miles de hospitales y centros de salud a lo largo del país, se creo la  primer fabrica nacional de medicamentos, y hasta un tren sanitario que llegaba a los lugares mas recónditos de la Argentina, también aumento considerablemente el presupuesto para las investigaciones en el campo de la salud.
Cuando Se llevo a cabo el golpe de estado en 1955, Carrillo fue obligado a exiliarse en Brasil, fue perseguido y acusado de "Prófugo" por la revolución libertadora, falleció exiliado y en la pobreza en 1956.

Atte: SOMOS PERONISMO

lunes, 6 de marzo de 2017

5 DE MARZO DE 1956 EL DÍA QUE LA REVOLUCIÓN FUSILADORA PRETENDIÓ CALLARNOS

HACE 61 AÑOS NOS QUERÍAN CALLAR:


Luego de derrocar a Perón, la revolución fusiladora intento prohibirnos,por medio de la ley-decreto 4161 que imponía de treinta a seis años de cárcel y multas cuya suma rondaba entre los 500 a  1.000.000, a quienes tenían elementos de ideología peronista o la difundieran; también prohibieron nombran a Perón,entonar la marcha peronista o la marcha "Evita capitana", ademas de palabras como: "Justicialismo" y "tercera posicion".
 A continuacion les dejo el llink donde pueden observar dicho decreto: http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/revolucion_libertadora/decreto_4161.php


Hoy mas que nunca hacemos un llamado a todos los compañeros para que jamas nos callen, intentaron borrarnos del mapa pero seguimos mas presentes que nunca, quedo demostrado en la historia que pese a las prohibiciones, los peronistas no sabemos que es "rendirse",sigamos con nuestras luchas, sigamos difundiendo nuestra tercera posición doctrinaria, seamos fanáticos como nos pidió la compañera Evita,luchemos por las tres banderas de nuestro movimiento: "JUSTICIA SOCIAL, INDEPENDENCIA ECONÓMICA Y SOBERANÍA POLÍTICA". Y no nos rindamos nunca, los contreras están por todos lados.
¡Viva Perón! 

Atte: SOMOS PERONISMO

viernes, 3 de marzo de 2017

FRASE EVA PERÓN


Atte: SOMOS PERONISMO

DISCURSO DE PERÓN EN PRIMERA REUNIÓN NACIONAL DE MUNICIPIOS

23 de marzo de 1945 : Patriotismo, renacimiento y justicia distributiva.


“Este sentimiento de hermandad que fluye de toda la obra realizada,
esta aproximación real y efectiva entre hombres de todas las latitudes
de nuestro vasto territorio, esta compenetración de las angustias y pro-
blemas recíprocos, esta alegría por las mejoras logradas y apetecidas
por los demás, fundadas en le gran amor a la patria común, construye
para nosotros y para el porvenir una simiente que arraigara con raíces
profundas y ase desarrollara con tallos vigorosos que no será fácil
arrancar en el Futuro. A todos nosotros toca cuidar que no se malogre,
y transpuesto el periodo critico de la posguerra, podremos esperar con
tranquilidad las buenas cosechas que se sucederán hasta la lejanía de
los tiempos.
No exagero cuando afirmo que nos encontramos ante un verdadero
renacimiento nacional. Todo debe germinar, florecer y fructificar.
Necesitamos un renacimiento total de nuestro modo de ser, y al tiempo
que aprovechemos todo lo bueno que construye la nervadura del ca-
rácter de nuestro pueblo y de nuestra raza, debemos hacer un acto de fe en nosotros mismos y un acto de confianza en el futuro esplendor
de nuestra Patria.
Fomentar las artes, las industrias, las bellas letras: impulsar los estu-
dios filosóficos, jurídicos y las mas variadas ramas del saber; moder-
nizar- estilizándola, perfilándola de lo superficial- toda nuestra legisla-
ción; incrementar por todos los medios las fuentes del saber humano,
los institutos de investigación y de enseñanza...
La clase trabajadora debe pensar que cada
uno de sus hombres, el mas humilde, repre-
senta un piñón de ese enorme engranaje que
esta constituido por todo el factor humano de
nuestro país"
Debemos honrar los talentos, el trabajo y los artistas, reverenciar la
magistratura y a las autoridades que se destacan por su saber, por su
virtud por su patriotismo; debemos elevar a los cargos públicos a los
hombres de merito, salidos del pueblo; debemos enseñara los magna-
tes cuales son sus deberes de solidaridad social, porque la cuna dorada
ha dejado de ser un titulo de monopolio para los honores, las influen-
cias y la participación del poder. Debemos ser un ejemplo constante de
amor propio.
Pero que nuestro patriotismo flote purísimo y encendido como un ha -
bito de bendición, patriotismo congénito, inadvertido, indefectible que
actúe sobre nosotros y sobre nuestros ciudadanos y sobre todos los
hombres del mundo con una comunicación emotiva que solo puede
engendrar la sinceridad.
Llevar a vuestras ciudades, a vuestros pueblos, a vuestros lugares;
llevad a las grandes asambleas, a la plaza pública o a la intimidad de
nuestros amigos y de vuestro hogar el deseo fervoroso de que nues-
tra Patria viva días luminosos de su historia, forjados con le esfuerzo
paciente y abnegado de todos sus hijos; llevad el deseo fervoroso de
que ni ricos ni pobres pierdan la fe en el insobornable afán de justicia
distributiva que nos anima y que permite, sin lesionar derechos legíti-
mos, barrer para siempre la miseria y la desigualdad irritante; llevad el
anhelo de que ni un solo habitante de este próvido país deje de prestar
su concurso a la obra de renacimiento moral y material de la Nación,
en la seguridad de que su esfuerzo será recibido y estimado en igual
medida que la lealtad con que lo preste.”
Atte: SOMOS PERONISMO

lunes, 27 de febrero de 2017

CLASES DE EVA PERÓN EN LA ESCUELA SUPERIOR PERONISTA

 TERCER CLASE DICTADA EL 5 DE ABRIL DE 1951


En la primera clase dije que la historia universal era la historia de los grandes
hombres y de las masas humanas que se llaman pueblo.
En la segunda clase hemos hablado en líneas generales acerca de lo que han
significado en la historia del mundo algunos de los grandes hombres.
Como primeras conclusiones yo podría decir:
1o) Que ningún hombre extraordinario puede dejar de considerarse precursor
de nuestro movimiento peronista.
2o) Que el peronismo ha tomado lo mejor que han concebido a través de la his-toria humana los filósofos y los conductores. El peronismo, no sólo lo ha reali-zado sino que los ha superado.
Estas son las conclusiones, a mi juicio, de lo hablado en las clases anteriores, las
que se pueden comprobar con los hechos.
Lo que los filósofos y conductores querían era la felicidad de los pueblos. Nin-gún pueblo ha sido tan feliz como lo es el pueblo argentino en este momento,
gracias a Perón y a su doctrina.
Esto es en síntesis lo que hemos tratado en las dos clases anteriores.
Ustedes perdonarán que haga un comentario –antes de entrar al tema de hoy-acerca de la felicidad que hoy tienen los argentinos.
Nadie puede negar que nuestro pueblo es extraordinariamente feliz. El pueblo
tiene lo que quiere. No hay inseguridad en el porvenir puesto que trabajan to-dos los que quieren. Los pueblos amenazados no son felices porque no están
seguros.
Voy a traer un recuerdo de mi viaje por Europa. Al pasar por Francia, Italia,
países con pueblos maravillosos, veía que éstos se hallaban angustiados, preci-samente, porque pensaban en el porvenir. Es que ellos, que formaban una gene-ración que había sufrido dos guerras, veían que de la noche a la mañana podían
ser arrastrados a otra guerra sin consutárseles siquiera. Por eso es que, cuando
yo andaba por las calles, tanto en Francia como en Italia no se oía más que un
solo grito: "Queremos ir a la Argentina de Perón". Ese grito, que podría parecer
intrascendente, es importantísimo, máxime tratándose de pueblos tan lejanos y
con una civilización tan grande, porque veían a la Argentina como la meta de
sus sueños, de su seguridad y de sus esperanzas en un porvenir mejor.

Esas palabras, que no eran dichas por algunos sino que eran el clamor de todos
los trabajadores, me hizo pensar muy profundamente en la obra extraordinaria
que realizaba el General, y que había traspasado las fronteras de la patria para
hacerse bandera y estandarte de los pueblos trabajadores.
Yo creo que hay muy poca justicia en el mundo. En muchos países existe –no lo
dudo- una justicia individual, pero esa justicia es incompleta, porque no inter-viene todo el pueblo en la solución de los graves problemas que afectan a los
trabajadores y a los humildes, que forman la mayoría de los pueblos.
Solamente aquí los trabajadores viven seguros de que su patria es justa para
ellos y saben que hay justicia para todos. Esa es una base fundamental para la
felicidad.
Yo sé que no son éstas todas las razones que hacen feliz al pueblo argentino.
Pero sé que el pueblo argentino es muy feliz, y no voy a enumerar todas las ra-zones de esa felicidad porque el tiempo es corto. Lo veo, por ejemplo, cuando
salimos con el General. Veo cómo se extienden los brazos para abrazar al Gene-ral y cómo gritan su nombre con cariño. Cuando vivo esos momentos pienso
que, si nuestros adversarios viesen, recién entenderían las razones de este vín-culo entre Perón y su pueblo. Cuando miro a Perón, me siento pueblo y por eso
soy fanática del General; y cuando miro al pueblo, me siento esposa del General
y entonces soy fanática del pueblo.
Cómo no voy a serlo, cuando veo que el pueblo lo quiere tanto a Perón y para
mí Perón es lo único que alienta mi propia vida y por él estoy dispuesta a en-tregar todos mis esfuerzos, para colaborar en la obra ciclópea de nuestro gran
Presidente y conductor.
Ustedes perdonarán mi largo prólogo; yo no siempre puedo resistir a la tenta-ción de hablar del General.
Vamos a hablar hoy de la historia de los pueblos como antecedente fundamen-tal de la historia peronista. En nuestro movimiento hay dos elementos funda-mentales; el General nos ha enseñado a llamarlos elementos de la conducción:
son el pueblo o la masa, y el conductor. Muchas veces pienso que si el General
hubiese nacido en otro lugar del mundo, no hubiera podido manifestarse lo ex-traordinario de su genio, porque le hubiera faltado un pueblo como el argentino
para conducir. Nuestro pueblo es indudablemente extraordinario. Yo no quiero
entretenerme hablando de este tema, pues tendría que tomar varias horas para
ello, pero les prometo dedicar especialmente una clase al pueblo argentino. Sin
embargo, no puedo menos de recordar una cosa grande que solamente puede
explicarse por la grandeza de nuestro pueblo, capaz de concebir y realizar un 17
de Octubre. Para hacer lo que los descamisados hicieron, se necesitaban dos
cosas: un prisionero como Perón y un pueblo como el nuestro para libertarlo.

Lo que dije yo cuando hablaba de la historia de los grandes hombres, tengo que
repetirlo hoy al referirme a la historia de los grandes pueblos. Ustedes dirán:
para qué estudiar la historia de los grandes pueblos si a nosotros solamente nos
toca estudiar, en nuestra materia, la historia del peronismo. Es que tenemos que
comparar lo que es nuestro pueblo con relación a otros grandes pueblos de la
humanidad que nos han precedido. Para llegar a esto que hoy es nuestro pue-blo, la humanidad ha hecho muchos y grandes sacrificios y numerosos intentos,
y cada intento ha dejado a los hombres una lección y una experiencia. Podemos
así decir, entonces, que la historia del peronismo es como la historia del mundo;
es la suma de dos historias: la de Perón, que es el hombre extraordinario, y la de
nuestro pueblo, que es un pueblo extraordinario. Y así como la grandeza de Pe-rón no se puede medir sino comparándola con la grandeza de los hombres ex-traordinarios que lo precedieron, tampoco puede medirse lo que ha hecho y lo
que es el pueblo argentino, si no apreciamos primero lo que han hecho otros
pueblos en el afán de ser lo que somos: un pueblo libre.
Es por eso que voy a remitirme un poco a la historia universal para hacer una
comparación de las esperanzas, de las inquietudes y de los afanes de grandes
pueblos en busca de su propia felicidad. La historia de los pueblos no es más
que la larga enumeración de los esfuerzos con que las masas humanas tratan de
convertirse en pueblos. Este punto merece una aclaración especial, puesto que
yo tengo un punto de vista con el cual creo que todos ustedes coinciden, en
cuanto a la distinción de masa y de pueblo.
El hombre civilizado se diferencia del hombre salvaje en una sola cosa funda-mental: el hombre salvaje no tiene conciencia de su dignidad de hombre; es co-mo si no tuviese alma humana; no tiene personalidad. El hombre civilizado tie-ne conciencia de su dignidad, sabe que tiene un alma superior y, sobre todas las
cosas, se siente hombre. La misma relación podemos establecer entre la masa y
el pueblo. Las masas no tienen conciencia colectiva, conciencia social; los pue-blos son, en cambio, masas que han adquirido conciencia social. Es como si los
pueblos tuviesen alma, y por eso mismo sienten y piensan, es decir, tienen per-sonalidad social y organización social.
Vamos a tomar un ejemplo. Napoleón decía que un ejemplo lo aclara todo. El
pueblo espartano: en Esparta tenemos bien claro el ejemplo de pueblo y de ma-sas. Podemos decir con justeza que los espartanos constituyeron un gran pue-blo. ¿Por qué? Porque tuvieron las tres condiciones características de los pue-blos: conciencia social, personalidad social y organización social. Tenían con-ciencia social porque cada uno se sentía responsable del destino común. Eso fue
lo que le hizo decir a Licurgo: "no está sin muros la ciudad que se ve coronada
de hombres y no de ladrillos". Tal era el grado de conciencia social o conciencia
colectiva que tenían los espartanos, que cuando alguien dijo a un rey de Esparta
que Esparta se había salvado porque sus reyes sabían matar, el rey contestó: No;
Esparta se ha salvado porque su pueblo sabe obedecer. Mejor podríamos decir,
que porque tenía conciencia colectiva, personalidad y organización social.

Individualmente, los espartanos tenían personalidad de pueblo y organización
social. Pero esto vale solamente para el núcleo de ciudadanos de Esparta consti-tuido por los espartanos que, como habíamos dicho, en los tiempos de Licurgo
eran solamente nueve mil. Ellos eran todos iguales ante la ley, participando en
el Gobierno y en las asambleas mensuales del pueblo. Ese era el pueblo espar-tano. Pero frente a los espartanos, podemos oponer a la masa de los ilotas, que
sumaban más de 200.000 y estaban excluidos por los espartanos: constituían
una masa. ¿Por qué? Porque no tenían la condición de pueblo, al no tener con-ciencia social, ni organización social, ni personalidad social. Ellos eran los ex-cluidos de Esparta. Los espartanos les prohibían reunirse, llevar armas, salir de
noche y como se multiplicaban, terminaron por autorizar a los jóvenes a la cace-ría de ilotas un día al año.
Consecuencia del ejemplo: el cuadro que nos presenta Esparta, nos hace ver el
gran ejemplo del hombre, de la humanidad, que ha concebido, a través de los
años, una lucha para convertirse en pueblo, para pasar de la esclavitud a la li-bertad, de la explotación a la igualdad y de ser un animal de trabajo, a sentirse y
ser hombre.
Yo podría hacer una diferenciación fundamental ante ustedes, de lo que es ma-sa y de lo que es pueblo, como lo he dicho anteriormente: Masa: 1o, sin concien-cia colectiva o social; 2o, sin personalidad social, y 3o, sin organización social.
Esto es, para mí, masa. Pueblo: 1o, con conciencia colectiva y social; 2o, con per-sonalidad social, y 3o, con organización social.
Podríamos ofrecer una enumeración secundaria para definir la masa. La masa
casi siempre se expresa en forma violenta: tomemos por ejemplo la revolución
francesa y la revolución rusa de 1917, que luego estudiaremos. La masa está
formada por los explotados. La masa no tiene conciencia de su unidad. Por eso
es dominada fácilmente por los explotadores. Y eso se explica muy fácilmente.
Si tuviera conciencia de su unidad, de su personalidad social y de su organiza-ción social, una minoría no podría haber explotado a la masa, como han sido
explotados y lo siguen siendo muchos pueblos en la humanidad.
En la masa no hay privilegiados. Por ejemplo, tomando algunas diferencias se-cundarias, diremos que el pueblo siente y piensa; el pueblo expresa su voluntad
en forma de movimiento bien orientado, firme y permanente. Podemos tomar
por ejemplo al pueblo judío, como una expresión de pueblo.
El pueblo judío, que estuvo dos mil años disperso por el mundo, ha luchado
orgánicamente, con una conciencia tan adentrada de pueblo, que ha conseguido
el milagro de formar nuevamente su país en la tierra de la que fuera arrojado
hace dos mil años. Eso es lo que permanece, cuando los hombres luchan orga-nizados, con conciencia y con personalidad de pueblo. Ese es un ejemplo muy
interesante. La Revolución de Mayo, la revolución americana en general y otras
revoluciones, también demuestran lo que son pueblos con conciencia y persona-lidad.
El pueblo está constituido por hombres libres; el pueblo tiene conciencia de su
dignidad, por eso es invencible y no puede ser explotado cuando es pueblo. En
el pueblo todos tienen iguales privilegios; por eso, no hay privilegiados. Todo
movimiento que aspire a hacer la felicidad de los hombres, debe tratar de que
éstos constituyan un verdadero pueblo. Esa es la historia de los pueblos, en cu-yo largo camino las masas han luchado por alcanzar la gran dignidad de lla-marse pueblos.
La historia del peronismo es ya una lucha larga de siete años para conseguir
que una masa sufriente y sudorosa –como tantas veces la llamó el coronel Pe-rón- se transformase en un pueblo con conciencia social, con personalidad social
y con organización social. Recuerden ustedes cuántas veces el general Perón
habló a los obreros, a los industriales, a los comerciantes, a los profesionales, a
todos, diciéndoles que debían organizarse. Es que nuestro gran maestro, con-ductor y guía, el General, pensó que para que nuestro movimiento fuera per-manente era necesario que esa masa sufriente y sudorosa pasase a ser pueblo
con personalidad propia. Perón quiere un pueblo que sienta y que piense, que
actúe bien orientado; por eso le señaló tres grandes objetivos: justicia social, in-dependencia económica y soberanía política. Perón quiere un pueblo unido,
porque así nadie lo explotará ni será vencido por ninguna fuerza del mundo.
Perón quiere un pueblo en el que todos sean privilegiados.
Vamos a pasar a nuestro tema, porque si yo empezara a hablar del General ten-dría que decir tantas cosas como las que él quiere para los argentinos, que el
tiempo me sería corto.
Es interesante que señale algunos episodios de la historia a través de los cuales
puede verse a las masas luchar para convertirse en pueblo. No consideraremos
más que algunos pocos de ellos, porque tenemos medido el tiempo. Pero desde
ya podemos afirmar, como cuando hablé de los grandes hombres, que todo
movimiento popular realizado en la historia no puede dejar de ser para noso-tros, en alguna forma, precursor del movimiento peronista, que es eminente-mente popular. En tal sentido, debemos decir que la lucha de los pueblos ha
sido una lucha sorda y larga, tanto que casi la historia no la recuerda. Porque la
historia ha sido escrita no para las masas sino, en general, para los privilegiados
de todos los tiempos. Y esto nos lo explicaremos muy fácilmente, porque cuan-do alguna vez la historia nos habla de esas luchas es solamente para mencionar
la generosidad de algún filósofo, político o reformador, y por eso sabemos cuál
era la triste condición en que vivían antes. Así es alabado Solón en Atenas, por-que prohibió que los acreedores vendiesen a los deudores, y por eso sabemos
que antes de él los acreedores vendían a los deudores. Pero no se habló del es-carnio antes de Solón, porque lo que han querido en la historia es exaltar la ge-nerosidad de un hombre y no descubrir la situación de un pueblo.
La historia, por hacer las alabanzas de Solón, nos hace conocer, sin querer, la
historia de las masas sometidas a la más denigrante tiranía. Aunque las masas
de todos los tiempos han hecho la historia sin escribirla nunca.. Ningún pueblo
mandó escribir su propia. Sin embargo, casi ningún rey dejó de cuidar este de-talle, tal vez más para justificarse ante la historia que para decir la verdad, y a
veces –por qué no decirlo- para escribir sus propias alabanzas y la de sus hom-bres.
Por eso no conocemos la lucha de los pueblos antiguos y sí conocemos la gloria
de los emperadores y de los reyes, como en el caso de los egipcios. Cada pirá-
mide es un capítulo de historia. Es el relato de la vida misma de una dinastía.
Pero, nadie escribió jamás la historia de todos los dolores que cada dinastía hizo
sufrir a sus masas para construir sus propias glorias y alabanzas. Pero nosotros,
en cada una de esas piedras en que está escrita la historia de cada dinastía con
sus glorias y esplendores, vemos y vislumbramos el sacrificio, la explotación y
el sufrimiento de esa masa.
Cuando visité París, me impresionó profundamente la tumba de Napoleón. Re-cuerdo que hasta un canillita de París me dijo: "¿No ha visto usted a Napoleón?"
El pueblo francés no olvidará jamás a su emperador, a pesar de lo que lo hizo
sufrir. Para los franceses, Napoleón es un recuerdo vivo y permanente, y todos
sus gestos son conocidos en Francia de memoria. Miles de libros se han escrito
sobre él, sobre sus victorias y derrotas. Pero nadie se ha acordado jamás de es-cribir la historia de los miles y miles de millares de hombres que murieron por
un capricho genial de crear un imperio. La Tumba del Soldado Desconocido es
el único recuerdo para la inmensa masa de los que murieron, cuyos nombres
nadie sabe, absolutamente nadie.
La historia de los pueblos, que todavía no ha sido escrita, no podrá ser escrita
tal vez nunca. Por eso yo me debo conformar con señalarles algunos pocos
hechos y algunas deducciones que nos hacemos nosotros acerca de las grande-zas de los grandes filósofos, de los conductores, de los reyes y emperadores a
través de los cuales vislumbramos la miseria y el dolor de sus masas.
De Roma, solamente quiero recordar la lucha de los plebeyos por su liberación,
que duró siglos para conseguir las cuatro igualdades: civil, social, política y re-ligiosa.
Sobre este tema de los plebeyos y los patricios hablaremos en otra clase. Hoy
vamos a tomar el primer capítulo, que obliga a describir a la masa y qué es la
Revolución Francesa. Yo no voy a hacer el análisis de lo que es para nosotros,
como precedente o como signo precursor, la Revolución Francesa. Pero no pue-do menos que citarla aquí. Maritain confirma que, desde la Revolución Francesa
el sentido de la libertad y de la justicia social ha trastornado y vivificado nues-tra civilización.
Yo he pensado muchas veces con simpatía en el pueblo francés, que supo ven-cer así por primera vez a la historia y al privilegio. Fue aquél el primer intento
de la masa de hacerse fuerte. Todavía, su lucha y aquel intento tuvo sus grandes
errores, puesto que desembocó en la tiranía de Robespierre. Es que la Revolu-ción Francesa no encontró el conductor que la supiese dirigir y canalizar honra-da y lealmente. Pero, sin aquella experiencia formidable, tal vez hoy no sería-mos libres. No diríamos, como decimos, que ha llegado la hora de los pueblos.
La revolución rusa de 1917, por ejemplo, fue otro intento de las masas para
hacerse pueblo. Otra vez aquí, en Rusia, una masa sometida y explotada decide
hacerse justicia por su propia mano y destruir a las fuerzas opresoras del privi-legio más crudo y denigrante, que era el poder de los zares. Desgraciadamente,
aquello tampoco ha terminado bien; pero todos estos hechos van dejando pro-fundas enseñanzas a las masas humanas y no debemos despreciarlos sino valo-rizarlos como un gran ejemplo y también –por qué no decirlo- como una gran
contribución para la humanidad, de esos pueblos en esa ardua lucha por su
propia dignificación. Tanto la Revolución Francesa como la rusa fueron movi-mientos de masas desorganizadas a las que luego nadie, ningún conductor, qui-so conducir honradamente. Por eso el triunfo fue momentáneo. Sin embargo,
cada uno de esos triunfos ha ido creando en la masa una conciencia mayor de
su dignidad de pueblo y poco a poco ha ido creciendo en el mundo la idea de
realizar la verdadera democracia; no esa democracia cantada y declamada para
intereses mezquinos, sino la democracia en que el gobierno del pueblo y para el
pueblo ha de ser una realidad.
Perón ha dicho: "La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo
que el pueblo quiere, y defiende un solo interés: el del pueblo". Benditos los
pueblos que tienen un conductor que piensa y que actúa como nuestro gran
conductor, maestro y guía, el general Perón.
Esto no es sólo un principio de doctrina peronista; es una inmensa y maravillo-sa realidad argentina. El movimiento peronista fue también, el 17 de Octubre,
una gran reacción de masas, mayor quizás que la misma Revolución Francesa,
aunque pacífica. ¿Cuál es la diferencia y por qué el movimiento peronista su-peró a la Revolución Francesa? Porque la masa supo inclinarse por un conduc-tor que no tuvieron ni la Revolución Francesa ni la revolución rusa. Porque el
coronel Perón quiso probar que esa masa lo quería de verdad y decidió enton-ces que lo eligiese libremente el 24 de Febrero. Diríamos nosotros: porque el
coronel Perón amaba profundamente al pueblo y no tenía mezquinos intereses
políticos ni personales, sino nada más que un solo interés: servir a la patria y al
pueblo. Porque Perón, desde antes del 17 de Octubre, ya había empezado a lu-char por dar a la masa sufriente y sudorosa de los argentinos, conciencia social,
personalidad social y organización social. Ya había empezado a formar de los
argentinos un pueblo, un verdadero pueblo.
En mi primera clase yo cité a un gran escritor alemán que afirma que la desgra-cia de la historia consiste, precisamente, en que no siempre los grandes hombres
se encuentran con los grandes pueblos. Tal vez esto no sea del todo verdad. Es
cierto que casi nunca las masas han encontrado, en sus grandes movimientos,
un buen conductor; pero también es cierto que casi nunca un gran conductor ha
querido conducir un pueblo de hombres libres. Más bien todos han querido
mandar sobre las masas, y por eso han tratado de mantenerlas en la ignorancia.
Porque ellos no han querido conducir, sino mandar; ellos no han querido reali-zar cuestiones permanentes, sino realizar cuestiones personales, para su propio
interés personal y político, y para su propio partido.
Por eso el general Perón es grande. Nosotros, los partidarios del General, que lo
seguimos, no nos damos cuenta todavía de su gran personalidad y de sus quila-tes. Tal vez por tenerlo demasiado cerca al General, no lo valoramos. El pueblo
nos demuestra que conserva sus valores morales y espirituales permanentes,
puesto que ha sabido valorarlo al General. En cambio, los mediocres no han
podido valorarlo al General. Lo único que pido es luz para sus almas, para que
puedan ver la genial figura del General y comprender su error y su tristeza de
no haber podido ver la luz y haber tomado el camino de la sombra.
Perón es tan grande que en sus clases –que sigo con tanto cariño como todos sus
actos- habla siempre diciendo "nosotros". Pero él es el conductor. Claro que el
General no puede cambiar la historia universal: el conductor nace, no se hace. Y
no nacen dos en el mismo siglo y en el mismo pueblo, porque esto no se com-pra, como la ropa hecha. En este siglo, nosotros tenemos el privilegio de tenerlo
a Perón, y aceptamos la doctrina de Perón. Por eso es grande Perón... Porque
nos ha legado una doctrina. Pero mientras Perón tenga los ojos abiertos, los ar-gentinos no seguirán más que a Perón, a Perón y a Perón.
El General nos habla así en su generosidad. Yo repito lo que siempre he dicho:
no sólo es grande Perón por sus grandes obras y sus grandes realizaciones, sino
que es grande hasta en los pequeños detalles. Solamente un genio y un hombre
de los quilates de Perón puede ser tan extraordinariamente genial para englobar
a todos nosotros al hablar de su doctrina y al hablar del conductor. El General
podrá sacar buenos realizadores; podrá acercarnos a nosotros buenos discípu-los, pero jamás seremos maestros; maestro hay uno solo.
Si miramos un poco la historia desde este balcón alto del siglo XX, veremos que
los grandes conductores y líderes algunas veces han logrado tener discípulos.
Lo grande de Perón es que, aunque él no lo diga, aspira a que todos seamos
buenos discípulos de su doctrina. Pero nosotros aspiramos a algo más: a com-prender, aplicar, realizar y predicar su doctrina, a amar su doctrina. Pero por
sobre todo, ambicionamos una cosa: parecernos y acercarnos hacia la figura
grandiosa del creador de la doctrina y del realizador de la felicidad argentina: el
General Perón.
Nosotros sabemos perfectamente, aunque Perón, en su humildad, no quiere
hablar de sí mismo, que él lo es todo. Es el alma, el nervio, la esperanza y la rea-lidad del pueblo argentino. Nosotros sabemos que sol hay uno solo, y que aquí,
en nuestro movimiento, hay un solo hombre que tiene luz propia: Perón. Todos
nos alimentamos de su luz. Si alguien se cree algo dentro de nuestro movimien-to, si cae en el error de creerse que es alguien con personalidad propia en nues-tro movimiento, nosotros nos reímos de ver hasta dónde puede llegar la igno-rancia, hasta dónde puede perder la vanidad, hasta dónde puede perder la am-bición de los hombres, que los hace creerse alguien cuando, en el mismo siglo y
en ese pueblo, hay un conductor, un guía y un maestro. Aquí tenemos al genio,
tenemos al conductor, y todos los demás, todos, si diferencia –porque no hay
diferencia-, todos, luchamos por conquistarnos un puesto de lucha al lado del
General; todos luchamos por comprenderlo a Perón, que es comprender a la
patria y al pueblo argentino; y todos luchamos por realizar todos los días un
poco más en al obra peronista, o sea, por acercarnos a la interpretación perfecta
de su doctrina y de su conducción, mirándonos siempre en el espejo del general
Perón.
Por eso, todos somos iguales después del general Perón; nadie es más y nadie es
menos. Los que no lo quieran comprender, allá ellos: Dios ciega al que quiere
perder; primero, la masa los discute, no los acepta totalmente, ya que no acepta
más que al líder, al genio, al conductor, al maestro; después, la masa les paga
con aquello con que pagan todos los pueblos a los Judas: con el desprecio y el
olvido.
Por eso, nosotros hombres y mujeres humildes, pero superiores por nuestra
grandeza espiritual y moral, aspiramos a una sola cosa: a no sentirnos más de lo
que somos, pero tampoco menos de lo que podemos ser, y a servir lealmente y
hasta el sacrificio a nuestro General.
Y aquí yo quiero hacer notar que algunos piensan y hacen comparaciones un
poco risueñas, por no decir profanas, entre ciertos caudillos y el General. Pero el
general Perón no es un caudillo.
Perón es un genio, es un conductor, es un líder, y ellos piensan que, como ha
pasado con esos caudillos, puede ser reemplazado, pero un genio y un conduc-tor, jamás. Con él muere el movimiento. El movimiento será permanente si los
hombres, a través de él, aun después de haberse ido, siguen teniendo su luz, su
bandera y su doctrina. Es por eso que Perón no podrá ser reemplazado jamás
dentro de nuestro movimiento peronista, ni ahora ni después. Por eso no podrá
ser olvidado por el pueblo argentino, porque no pasará a la historia entre los
caudillos políticos. El grabará una página en la historia entre los grandes patrio-tas y conductores más perfectos que ha tenido la Argentina.
Por eso, nosotros no tenemos más que a Perón; no vemos más que por los ojos
de Perón; no sentimos más que por Perón y no hablamos más que por boca de
Perón. Ese debe ser nuestro gran objetivo, y si aun nos saliéramos de esa línea
de conducta, el pueblo, que es maravilloso, porque hay algo que se siente, que
se palpa pero que no se puede controlar, nos haría perder en la noche y caería-mos en el desprecio de todos los ciudadanos argentinos, porque se habría per-dido nuestro movimiento, por no haber sabido tener la entereza moral, política
y patriótica de no darnos cuenta que a los genios no se les puede comparar ni
profanar con ninguna figura de su siglo, porque son eso: genios.
Por eso es que nosotros lo vemos a Perón cada día más grandes, aun cuando –
como ya he dicho- él se elimina como conductor y nos llama a todos nosotros
conductores y cuando el General, en su grandeza espiritual, dice: "nosotros
hacemos tal cosa".
Nosotros lo seguimos, nosotros tratamos de interpretarlo, tratamos de ayudar-lo, porque tenemos la enorme responsabilidad ante las futuras generaciones de
argentinos de demostrar, eso sí, que esta generación de argentinos ha sido be-nemérita porque ha sabido valorar en el sacrificio constante y en su fe inque-brantable a un hombre de los quilates del general Perón y legarles a ellos la
hora de bonanza y de prosperidad que estamos viviendo.
Por todo esto yo creo que nuestro movimiento triunfará, y el triunfo nuestro
será permanente como ningún otro en la historia. Perón quiere conducir a un
pueblo de hombres libres y dignos, y nosotros ya somos –gracias a él- un pue-blo de hombres libres y dignos, que ay tiene personalidad, que se va organi-zando a pasos agigantados. Yo no quiero entretenerlos más. En la próxima clase
hablaremos del pueblo y de los sistemas capitalistas.

Atte: SOMOS PERONISMO