viernes, 13 de enero de 2017

24 DE NOVIEMBRE DE 1944 PRIMER ANIVERSARIO DE LA SECRETARIA DE TRABAJO Y PREVISIÓN

CULTURA SOCIAL-DIGNIDAD LABORAL-HUMANIZAR EL CAPITAL:


“Hace hoy justamente un año, se creaba la Secretaría de Trabajo y
visión. Dijimos entonces: “Se inicia la era de la política social argenti-na”. A un año de existencia, venimos hoy, frente a esta inmensa masa
de trabajadores agradecidos, a reafirmar cuanto dijimos y a seguir ha-ciendo, vez de decir, y seguir realizando, en vez de prometer.
Algunos malos políticos que se creen honrados y valerosos, después
de haber huido al extranjero porque se investigaba su conducta, han
intentado defenderse acusándonos de demagogos. Si demagogia es
defender sincera y lealmente a los que sufren y trabajan; si demagogia
es impedir efectivamente la explotación del hombre por el hombre; si
demagogia es evitar en los hechos la injusticia social y buscar la unión
verdadera de todos los argentinos detrás de su bandera; si demagogia
es impedir la lucha y el odio entre hermanos, yo soy demagogo.
Llegamos a la Secretaría de Trabajo y Previsión para cumplir el postula-do básico de la Revolución del 4 de junio: la justicia social.
Pero, ante todo, el Estado necesitaba la herramienta para lograr tan
ambiciosa finalidad. Existía el viejo Departamento Nacional del Trabajo,
instalado en 1907, apenas remozado en 1912 y privado constante-mente de facultades y medios de actuación.
Muchos legisladores, temerosos de perjudicar los intereses creados,
que tenían la consigna de defender, regateaban avariciosamente facul-tades al organismo que debía aplicar las leyes de trabajo.”
No permitiremos que este capitalismo despótico triunfe en la Argenti-na. Desarraigaremos sus brotes hasta extirparlos definitivamente. Que-remos un capital humanizado, que mantenga reacciones cordialmente
humanas con sus obreros y con el Estado. Se seguirá, pues, una polí-
tica que tienda a humanizar el capital en su triple aspecto: financiero,
rural e industrial. No cabrán términos medios en esta labor. O el capital
se humaniza o es declarado indeseable por el Estado y queda fuera
del amparo de las leyes. La Revolución Nacional no admitirá jamás la
explotación del hombre por el hombre. La Revolución Nacional está en
pugna contra todo lo que sofoca o destruye la augusta dignidad de la
persona humana.
Por esto, antes de las reivindicaciones materiales, se afirma la nece-sidad de elevar la cultura social, dignificar el trabajo y humanizar el
capital. A la obtención de estos principios éticos se dedicarán todos
los afanes.
Las demás realizaciones deberán apuntar a esta superior finalidad de
orden moral.
En el orden de las mejoras prácticas, emprenderemos en primer lu-gar la organización profesional. Conocer hasta en sus últimos detalles
la población que trabaja y la que está en condiciones de trabajar, así
como las relaciones permanentes que entre sí tienen los patronos y
los trabajadores de una misma actividad mediante su afiliación a las
respectivas asociaciones.
La confusión de ideas es campo propicio para substituir los principios
morales, sociales, políticos y económicos por las mas descabelladas
teorías o simples fórmulas acomodaticias, inspiradas por groseros estí-
mulos del egoísmo individual o colectivo.
Luchamos contra la opresión del oro y contra la opresión de la sangre,
porque todas se traducen para el pueblo en sufrimientos y lágrimas.
Nosotros queremos que a las futuras generaciones argentinas sepan
sonreír desde la infancia. Para llegar a esto, unos deben desposeersede su odio y otros deben desposeerse de su egoísmo.
Ved, pues, si es ardua la labor de recuperación que resta por hacer.
Tenemos que encontramos a nosotros mismos con el mismo fervor
unánime del alumbramiento de la Patria. Retornando a la fe inicial en
nuestro destino histórico, debemos recobrar esta misma unidad de des-tino para todos los argentinos.
Ésta es la clave de nuestra potencia como nación libre y soberana. La
historia nos muestra cómo las naciones que olvidan esta unidad de
destino, que es la unión de todos los argentinos al servicio de la Patria,
dejan de ser viriles y viven constantemente al borde de la catástrofe.
Por esto he querido puntualizar los objetivos político-sociales con cla-ridad absoluta, y de igual manera seguiré defendiendo los de carácter
económico de acuerdo con las facultades que el Poder Ejecutivo de la
Nación me ha confiado para estudiar el ordenamiento económico-social
del país en la posguerra.
Al igual, deberán concretarse las demás realizaciones del Gobierno.
Debe ser así, y no de otra manera, porque los últimos años vividos en la
ficción y el disimulo han creado un estado de espíritu propicio a todas
las deformaciones del pensamiento y a todas las adulteraciones de los
sentimientos.
Para ser más argentinos, debemos crear una realidad nueva que subs-tituya la ficción en que se nos hizo vivir por tanto tiempo, a beneficio
exclusivo de los que medraban a costa de las riquezas y el prestigio
del país.
Porque hoy estoy convencido de que es absolutamente inútil realizar
algún bien particular, en ningún aspecto de la vida nacional, si la con-cordia de los fines y la jerarquía de los métodos no se han planteado
con claridad enérgica y urgente.
Por eso es que, en este día gratísimo, que recuerda el nacimiento
del organismo encargado de propulsar la política social, he deseado
exponer claramente los objetivos y finalidades que el Gobierno anhela
alcanzar para bien de la comunidad de trabajadores argentinos.
Al impulso que nos lance a la conquista que nuestro objetivo debe
acompañado un profundo impulso nacional. Todo lo que hagamos al
margen de nuestro ser nacional y del sentimiento histórico de nuestro
pueblo y de nuestra raza fracasará con el estrépito de una avalancha de
nieve. Cuando la avalancha ha pasado, queda enhiesto y altivo todavía
el picacho más eminente, porque sus bases de su tentación se hunden
hasta las mismísimas entrañas de la tierra.
Anhelamos fervientemente que nuestro pensamiento y nuestro co-razón, nuestras acciones y nuestras intenciones, nuestros pesares y
nuestras intensiones sean tan hondos y puros como lo es nuestro amor
por esta bendita tierra argentina. “


Las empresas podrán delinear en lo sucesivo sus previsiones para desa-rrollar sus futuras actividades, con la garantía de que habrán de obte-ner el reconocimiento del Estado si las retribuciones y trato dispensado
al personal mantienen las reglas sanas de convivencia humana, inspira-das en el mejoramiento de la economía general y el engrandecimiento
del país. Por su parte, los trabajadores estarán garantizados por las
normas de labor a establecerse con la enunciación de los derechos y
deberes de cada cual y la exigencia de las autoridades del nuevo orga-nismo en el sentido de un mayor celo en sus actividades y la sanción
inflexible en el incumplimiento del deber. En tal sentido, habrá exigen-cias por igual para el disfrute de los derechos y la fiel observancia de
las obligaciones.”

Atte: SOMOS PERONISMO 

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